Los meses de confinamiento y la incertidumbre en torno al futuro de los Juegos Olímpicos de Tokio no han hecho mella en Néstor Abad (1993, Alcoi), el gimnasta español más completo del momento. Todo lo contrario. Está acostumbrado a medrar en la adversidad. Luce dos cicatrices en la rodilla derecha que representan, en realidad, una fortaleza mental extraordinaria. Competirá con el equipo español en los Juegos Olímpicos de Tokio, previstos para 2021, después de su participación individual en Rio 2016.
Néstor Abad pertenece pertenece al Proyecto FER, Programa impulsado por la Fundación Trinidad Alfonso, que preside Juan Roig, y que concede apoyo económico y visibilidad a deportistas valencianos.
“Cuando sufres lesiones tan graves, tienes dos caminos. Yo elegí reflexionar para buscar la manera de mejorar”, explica desde el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, donde perfecciona su técnica en los 6 aparatos. “Hasta ahora, mis fuertes han sido las anillas, la barra fija y las parelelas, pero estoy mejorando mucho en los ejercicios de suelo”, explica.
“Cuando sufres lesiones tan graves, tienes dos caminos. Yo elegí reflexionar para buscar la manera de mejorar”
En 2011, durante un entrenamiento, Néstor Abad escuchó un crujido en la rodilla derecha. El diagnóstio: rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha. En 2014, cuando había logrado volver de nuevo a su máximo nivel, la misma rodilla volvió a hacer ‘crack’. «Fueron momentos muy duros, pero eso ya es historia, ahora me encuentro muy bien, muy fuerte física y mentalmente».
El parón por el Covid-19 le llevó a mejorar la atención y reaprender
El parón por el Covid-19, curiosamente, le ha hecho releer aquellos momentos. “Cuando tiene un parón tan grande, tiene muchos tiempo para pensar. Aprendes muchas cosas. Ya lo sabía, pero me he reforzado en la idea: ¿Porqué me ha sucedido lesión?La mayoría ocurren pasan por falta de atención. Si mejoras la atención, es un salto grande. Y eso sigo haciendo, día a día. Mejorar mi atención para que no vuelva a ocurrir. Las lesiones me han cambiado la vida”, apunta.
Néstor se levanta a las siete de la mañana y regresa a casa a las ocho de la tarde. Seis días a la semana de entrenamientos, más viajes a competir. Y en verano, circuito de exhibiciones. Un no parar para poder sacarse un sueldo decente entre becas y patrocinios. Querría estudiar nutrición para dibujar un futuro cuando el cuerpo ponga el semáforo rojo.
El único gimnasta español que vive de su sueldo
Tanta atención ha llevado Abad a ser el abanderado de la gimnasia artística española. No le asusta la responsabilidad. Dicen de él que es un tipo duro, especialmente maduro para sus 27 años de edad. Es habitual que los futbolistas o jugadores de baloncesto formen familias a temprana edad.
Algunos clubes, tiempo atrás, incluso les animaban a hacerlo, para apartarles de tentaciones peligrosas. Pero en la gimnasia, la natación o el atletismo casos como el de Néstor Abad son extraordinarios: 26 años y padre por duplicado. Los partos de los dos, Lis y Eiden, llegaron con el gimnasta en plena competición. El segundo, en el Mundial de Stuttgart, cuando Néstor se preparaba para saltar al parqué y el equipo español decidía su clasificación para Tokio 2020.

“Yo tuve mi primer hijo con 20 años. Es cuando me lo empecé a tomar de verdad como profesional”, recuerda. Otro punto de inflexión. Es el único gimnasta español que vive de su sueldo. “Por eso voy al circuito de exhibiciones en verano”, apostilla.
“Yo tuve mi primer hijo con 20 años. Es cuando me lo empecé a tomar de verdad como profesional”
«Mi familia es mi motivación. Este deporte es muy duro, de muchas horas, poco dinero y mucho riesgo. Por ellos vengo aquí a dejarme la piel entrenando», afirma con un maduro discurso.
Más información y ficha de Néstor Abad en el proyecto Fer:
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