Aunque no sea tan popular en nuestro país como sus compatriotas Stieg Larsson, Henning Mankell y Camilla Läckberg, el veterano Leif GW Persson (Estocolmo, 1945) está considerado como una de las grandes figuras de la novela negra nórdica, no sólo por el interés social y la verosimilitud técnica de sus tramas policiales, sino también por su cáustica y mordaz aproximación a la sociedad y la historia reciente de Suecia, a través de toda una galería de personajes singulares, en su mayoría funcionarios policiales, que son los protagonistas de sus apasionantes y divertidas novelas.
Pese a las diferencias de estilo e intereses entre sus autores, en la novela negra escandinava se percibe un tono general entre la melancolía y la depresión, una influencia derivada tal vez del clima frío, gris y desapacible de los países nórdicos. También subyace una cierta corrección política y la defensa de valores progresistas como el feminismo, la igualdad racial o el ecologismo. De todos los escritores nórdicos, Leif GW Persson es, sin duda, el que menos atiende a los civilizados valores del Norte de Europa como puede comprobarse en la demoledora trilogía El declive del Estado del bienestar, conformada por las novelas Entre la promesa del verano y el frío del invierno; Otro tiempo, Otra vida y En caída libre, como en un sueño. En estas tres entretenidas novelas, Persson recorre la historia de suecia y aborda episodios históricos tan traumáticos como el asesinato de Olaf Palme, pero desde una perspectiva crítica marcada no por la denuncia política sino más bien por el humor, la ironía e incluso el trazo paródico a la hora de definir a sus personajes.
Del nutrido elenco de personajes que aparecen en la trilogía, Persson quiso otorgar gran parte del protagonismo al insobornable y eficaz inspector Lars Martin Johansson, pero ha sido el deleznable, arrogante y estúpido comisario Evert Bäckströn quien ha cautivado a los lectores, pese a tener inicialmente un papel secundario en la saga. Definido como “bajito, gordo y primitivo”, Evert Bäckström es la antítesis de la corrección política y de la buena educación: racista, machista, avaricioso, vago, insolidario, corrupto, glotón, alcohólico, procaz, inculto, malhablado, pendenciero, rijoso. Pese a su notable ausencia de virtudes y su abrumadora acumulación de defectos, Bäckström es un personaje entrañable, muy humano, como lo puede ser su homólogo español José Luis Torrente. Al igual que el inefable comisario creado por Santiago Segura, Evert Bäckström es protagonista de un serial de éxito, pero no cinematográfico sino novelístico, constituido por Linda, como en el asesinato de Linda, Quien mate el dragón y La verdadera historia de la nariz de Pinocho. El éxito mundial de las aventuras de Bäckström ha servido para que la cadena Fox esté rodando una serie de televisión sobre el popular comisario, escrita y producida por Hart Hanson (el creador de Bones), y protagonizada por Rainn Wilson (The Office). Por una cuestión de verosimilitud meteorológica y climática, la serie norteamericana Backstrom está ambientada en la lluviosa, arbórea y fría ciudad de Portland, en la frontera con Canadá. La serie ha finalizado su primera temporada y aún no se ha estrenado en nuestro país. La estamos esperando, aunque conviene leer antes las divertidas aventuras del policía menos ejemplar de Suecia.
Aunque no sea tan popular en nuestro país como sus compatriotas Stieg Larsson, Henning Mankell y Camilla Läckberg, el veterano Leif GW Persson (Estocolmo, 1945) está considerado como una de las grandes figuras de la novela negra nórdica, no sólo por el interés social y la verosimilitud técnica de sus tramas policiales, sino también por su cáustica y mordaz aproximación a la sociedad y la historia reciente de Suecia, a través de toda una galería de personajes singulares, en su mayoría funcionarios policiales, que son los protagonistas de sus apasionantes y divertidas novelas.
Pese a las diferencias de estilo e intereses entre sus autores, en la novela negra escandinava se percibe un tono general entre la melancolía y la depresión, una influencia derivada tal vez del clima frío, gris y desapacible de los países nórdicos. También subyace una cierta corrección política y la defensa de valores progresistas como el feminismo, la igualdad racial o el ecologismo. De todos los escritores nórdicos, Leif GW Persson es, sin duda, el que menos atiende a los civilizados valores del Norte de Europa como puede comprobarse en la demoledora trilogía El declive del Estado del bienestar, conformada por las novelas Entre la promesa del verano y el frío del invierno; Otro tiempo, Otra vida y En caída libre, como en un sueño. En estas tres entretenidas novelas, Persson recorre la historia de suecia y aborda episodios históricos tan traumáticos como el asesinato de Olaf Palme, pero desde una perspectiva crítica marcada no por la denuncia política sino más bien por el humor, la ironía e incluso el trazo paródico a la hora de definir a sus personajes.
Del nutrido elenco de personajes que aparecen en la trilogía, Persson quiso otorgar gran parte del protagonismo al insobornable y eficaz inspector Lars Martin Johansson, pero ha sido el deleznable, arrogante y estúpido comisario Evert Bäckströn quien ha cautivado a los lectores, pese a tener inicialmente un papel secundario en la saga. Definido como “bajito, gordo y primitivo”, Evert Bäckström es la antítesis de la corrección política y de la buena educación: racista, machista, avaricioso, vago, insolidario, corrupto, glotón, alcohólico, procaz, inculto, malhablado, pendenciero, rijoso. Pese a su notable ausencia de virtudes y su abrumadora acumulación de defectos, Bäckström es un personaje entrañable, muy humano, como lo puede ser su homólogo español José Luis Torrente. Al igual que el inefable comisario creado por Santiago Segura, Evert Bäckström es protagonista de un serial de éxito, pero no cinematográfico sino novelístico, constituido por Linda, como en el asesinato de Linda, Quien mate el dragón y La verdadera historia de la nariz de Pinocho. El éxito mundial de las aventuras de Bäckström ha servido para que la cadena Fox esté rodando una serie de televisión sobre el popular comisario, escrita y producida por Hart Hanson (el creador de Bones), y protagonizada por Rainn Wilson (The Office). Por una cuestión de verosimilitud meteorológica y climática, la serie norteamericana Backstrom está ambientada en la lluviosa, arbórea y fría ciudad de Portland, en la frontera con Canadá. La serie ha finalizado su primera temporada y aún no se ha estrenado en nuestro país. La estamos esperando, aunque conviene leer antes las divertidas aventuras del policía menos ejemplar de Suecia.
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