El anun­cio del Minis­te­rio de Sani­dad de que en la Comu­ni­tat Valen­cia­na tan solo los depar­ta­men­tos sani­ta­rios de Vina­ròs, Reque­na, Xàti­­va-Onti­n­­yent, Gan­dia, Alcoi, Dénia, la Mari­na Bai­xa, Elda, Orihue­la y Torre­vie­ja pasa­rán el lunes, 11 de mayo, a la “fase 1” de la deses­ca­la­da ha des­co­lo­ca­do, una vez más, al sec­tor de la res­tau­ra­ción y a toda la cade­na que depen­de de él. Muchos res­tau­ran­tes ya esta­ban acon­di­cio­nan­do sus terra­zas, habían com­pra­do pro­duc­tos pere­ce­de­ros, toma­do medi­das de segu­ri­dad y habían saca­do del ERTE a par­te de su plan­ti­lla, pero aho­ra vuel­ven a la casi­lla de sali­da. “Esto no es un jarro de agua fría, sino toda una puña­la­da. Des­de las ins­ti­tu­cio­nes valen­cia­nas daban por hecho que íba­mos a pasar el cri­te­rio téc­ni­co y aho­ra nos vemos en esta situa­ción que nadie espe­ra­ba” rela­ta a Valen­cia City, con deso­la­ción y enfa­do, el pre­si­den­te de la Aso­cia­ción de Res­tau­ran­tes de la Pla­ya de la Mal­va­rro­sa, José Mira­lles.

Muchos res­tau­ran­tes valen­cia­nos ya habían deli­mi­ta­do y acon­di­cio­na­do sus terra­zas para la aper­tu­ra a par­tir del lunes.

Las con­se­cuen­cias son mora­les y eco­nó­mi­cas”

“Las con­se­cuen­cias son mora­les y eco­nó­mi­cas, ambas a un tan­to por cien muy ele­va­do. Está­ba­mos ya ilu­sio­na­dos por­que veía­mos la luz al final del túnel, nos hemos cogi­do a ello, sabien­do que íba­mos a abrir a par­tir del día 11 en pre­ca­rio, nos íba­mos a tirar a una pis­ci­na medio vacía, asu­mien­do abso­lu­ta­men­te todo el ries­go eco­nó­mi­co que esto con­lle­va”, expli­ca Mira­lles. Él aña­de que habían saca­do ya a par­te de la plan­ti­lla del ERTE, en su caso, a un 30% y habían acon­di­cio­na­do los loca­les para cum­plir con unas medi­das sani­ta­rias que, inci­de, “no esta­ban pro­to­co­la­ri­za­das ni ofi­cia­li­za­das en nin­gún sitio, pero noso­tros, con sen­ti­do común, las está­ba­mos apli­can­do como son la ins­ta­la­ción de hidro­ge­les, ins­tru­men­tos para tomar la tem­pe­ra­tu­ra de los emplea­dos, pro­duc­tos quí­mi­cos extre­mos de desin­fec­ción, códi­gos QR para las car­tas, equi­pos de pro­tec­ción para el per­so­nal…” a lo que hay que aña­dir “la com­pra de pro­duc­to pere­ce­de­ro que, una vez más hemos teni­do que dese­char y que se aña­de a todo lo que veni­mos arras­tran­do en este 2020 tan catas­tró­fi­co y que nos va a mar­car un antes y des­pués en nues­tras vidas labo­ra­les y per­so­na­les”.

Hidro­ge­les, mas­ca­ri­llas y otros pro­duc­tos com­pra­dos en el res­tau­ran­te La Ale­gría de la Huer­ta ante la pre­vi­sión de poder abrir el lunes la terra­za.

Nece­si­ta­mos pau­tas ofi­cia­les y con más tiem­po de ante­la­ción”

Aho­ra el daño ya está hecho, pero la incer­ti­dum­bre se extien­de hacia el res­to de fases y cómo se actua­rá y se toma­rán deci­sio­nes en cada una de ellas. En este sen­ti­do, José Mira­lles exi­ge que se emi­tan “pau­tas cla­ras para seguir ofi­cial­men­te. Deben ser por decre­to ley y publi­car­las con un míni­mo de tiem­po sufi­cien­te para reac­cio­nar, cosa que no hemos podi­do hacer en nin­gu­na de las publi­ca­cio­nes del BOE des­de que se decre­tó el esta­do de alar­ma”. Él insis­te en que aho­ra tenían pen­sa­do abrir, aun­que con muchas incer­ti­dum­bres: “Íba­mos a abrir, pero tirán­do­nos a una pis­ci­na medio lle­na o medio vacía sin saber si el cri­te­rio que había­mos toma­do para hacer un uso per­fec­to de la terra­za era el correc­to o no, por tan­to, es obvio que exi­ja­mos que nos den las pau­tas con mucha ante­la­ción, no de un día para otro, por­que lue­go pasa lo que está pasan­do”.

Des­de su aso­cia­ción soli­ci­tan “gene­rar un esce­na­rio pro­to­co­la­rio con, al menos, cin­co días o una sema­na de ante­la­ción. Si lue­go hay algún pico o cues­tión sani­ta­ria con­cre­ta, se pue­de rec­ti­fi­car, por­que la segu­ri­dad sani­ta­ria es la prio­ri­dad aho­ra mis­mo, pero debe exis­tir ese esce­na­rio más amplio de pre­vi­sión para que el res­tau­ra­dor pue­da apli­car las medi­das con­ve­nien­tes”.

Muchos res­tau­ran­tes han ela­bo­ra­do car­tas digi­ta­les.

¿Qué va a pasar con los tra­ba­ja­do­res saca­dos del ERTE?”

Una de las gran­des incóg­ni­tas aho­ra mis­mo es saber cómo actuar con los tra­ba­ja­do­res que ya habían sido dados de alta en la segu­ri­dad social y, por tan­to, saca­dos de los ERTE. “¿Qué va a pasar con ellos, tene­mos que pagar noso­tros sus nómi­nas pese a que no pue­den empe­zar a tra­ba­jar?, no lo sabe­mos. Hemos res­ca­ta­do a par­te de la plan­ti­lla, pero aho­ra no sabe­mos qué pode­mos hacer con ellos por­que esa luz de espe­ran­za que se había abier­to se ha vuel­to a cerrar. Nos encon­tra­mos total­men­te des­am­pa­ra­dos por las ins­ti­tu­cio­nes y con un des­áni­mo tre­men­do”, lamen­ta Mira­lles.

Él pre­gun­ta tam­bién quién va a asu­mir las con­se­cuen­cias de esta situa­ción. “Tie­nen que escla­re­cer esta situa­ción, saber si el cri­te­rio que se ha segui­do es téc­ni­co o polí­ti­co. Por­que si es téc­ni­co no enten­de­mos cómo des­de la con­se­lle­ria de Sani­dad nos decían hace solo unos días que des­de el Minis­te­rio les indi­ca­ban que íba­mos a pasar de fase con nota de matrí­cu­la de honor. ¿Cuál ha sido ese cam­bio radi­cal en menos de 48 horas? ¿hay algún tema polí­ti­co detrás? Si es así se debe­ría escla­re­cer”, sen­ten­cia.

Dis­pen­sa­do­res de gel que ya esta­ban pre­pa­ra­dos en algu­nos res­tau­ran­tes.

Para la hos­te­le­ría ya no hay fases, no tene­mos segu­ri­dad jurí­di­ca ni moral”

Otro pro­ble­ma que se agre­ga aho­ra es la fal­ta de con­fian­za, ya de por sí muy mer­ma­da en toda esta cri­sis. En este sen­ti­do, Pepe Mira­lles ase­ve­ra que “para la hos­te­le­ría ya no hay fases, ya no exis­ten. Se ha que­da­do hun­di­da moral y eco­nó­mi­ca­men­te. Aho­ra mis­mo nece­si­ta­mos saber cuán­do nos van a dar la segu­ri­dad tan­to jurí­di­ca como moral para que poda­mos abrir nues­tras terra­zas y loca­les. Aho­ra mis­mo no la tene­mos. La hos­te­le­ría ha caí­do al vacío des­de un déci­mo piso. La moral está por los sue­los, está derrum­ba­da en toda la hos­te­le­ría valen­cia­na y es muy difí­cil recu­pe­rar tan­to la moral como nues­tras eco­no­mías”.

Mira­lles expli­ca que tan­to él en su res­tau­ran­te La ale­gría de la huer­ta, como muchos otros han hecho, de nue­vo, una gran inver­sión que aho­ra no saben cómo afron­tar: “Esta­mos hablan­do de gran­des inver­sio­nes en los loca­les, nos hemos gas­ta­do lo que no tenía­mos para acon­di­cio­nar­los y abrir el día 11. Nos hemos des­gas­ta­do men­tal­men­te y físi­ca­men­te a sabien­das de que íba­mos a abrir en pre­ca­rio y con el úni­co áni­mo de recu­pe­rar la con­fian­za de la comu­ni­dad, del clien­te, sabien­do que no iba a ser ren­ta­ble para nues­tros bol­si­llos. Este paso atrás es un paso eco­nó­mi­co horro­ro­so pero en lo moral es tre­men­do”.

Aho­ra mis­mo, otro de los peli­gros es que se extien­da el des­áni­mo en todo el sec­tor: “Como he dicho, la incer­ti­dum­bre y la segu­ri­dad jurí­di­ca y moral es muy alta. La hos­te­le­ría está sien­do muy dam­ni­fi­ca­da. La Fede­ra­ción de Hos­te­le­ría de Valen­cia, con Manuel Espi­nar al fren­te, está tra­ba­jan­do las 24 horas del día des­de hace meses, pero cada paso ade­lan­te lue­go son varios para atrás y caes en el des­áni­mo. No sabes a qué puer­ta lla­mar, si vale la pena seguir pelean­do o no, no pode­mos seguir escu­chan­do las que­jas de los pro­vee­do­res, pues en esto no están impli­ca­dos solo los res­tau­ra­do­res, tam­bién las dis­tri­bui­do­ras que nos traen el géne­ro, las cer­ve­ce­ras, los agri­cul­to­res, car­ni­ce­ros… es una cade­na que no se para en el empre­sa­rio de hos­te­le­ría sino que hay muchos otros tra­ba­ja­do­res y muchas per­so­nas detrás. El daño que se ha hecho con esta deci­sión es tre­men­do”, lamen­ta Mira­lles.

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