No estoy de acuerdo cuando se afirma, con pompa dogmática, que el principal motor de la cultura es el económico. El ansia cultural de escribir, esculpir, pintar, componer y crear tiene profundas raíces psicológicas, sociales y comunicativas ajenas al comercio. Esa búsqueda primordial tiene variadas razones. Una de ellas: la cultura es una expresión personal que aspira a transmitir sabiduría, conocimiento y emociones.
Como caracteriza a un auténtico clásico, cada época tiene su Montaigne, que descubre perfecciones y atractivos diferentes de los que el propio autor había percibido en su obra.
Los periodistas Malcom Otero (Barcelona, 1973, escribe de literatura en Prensa Ibérica) y Santi Giménez (delegado del periódico As en Barcelona) indagan en la cara oculta de numerosas celebridades situadas en el imaginario popular más allá del bien y del mal.
Hay libros esenciales de los que es imposible prescindir. Entre ellos está la obra del historiador romano del siglo III Diógenes Laercio, Vidas de los filósofos ilustres.
El jurado dará a conocer a los ganadores de los Certámenes de Novela, Poesía y Relato en la gala del 24 de octubre.
El libro editado por Alba cuenta con ilustraciones de Julio Fuentes.
La naturaleza está cambiando y nosotros con ella. Lo que es alarmante es la desaparición de los animales, tanto grandes como pequeños.
Ralph Waldo Emerson (1803–1882) fue párroco de la iglesia unitaria, condición que abandonó.
Simon Leys (1935–1914) escritor de origen belga y residente en Australia, recoge de materiales poco conocidos sobre Stendhal que tienen un potente atractivo para todo devoto de su obra.
El II Congreso de Escritura de València se celebrará del 20 al 22 de septiembre.
“Anomia. Rebeldes valencianos en 1970” está editado por la Institució Alfons el Magnànim.
El Gremi ha celebrado elecciones con la participación del 78% del censo.
Gimeno obtuvo el Premio de la Crítica Literaria Valenciana en la modalidad de narrativa en 2012.
El Cinematógrafo, como el Cristianismo, tiene su Patristica ‑Griffith, Ford, Hitchcock, Murnau, Lang, Buñuel, Bresson, Dreyer…- y sus místicos ‑Jean Marie Straub es un ejemplo modélico.
Nuestro hombre sueña en soñar. Con el calentón de las lecturas del Freud en la juventud. lo primero que hacia al despertar era apuntar sus sueños. Pasó el tiempo y se apagó su mundo onírico. No recordaba sus sueños. Hoy la cosa cambia. Recuerda sus sueños con precisión cinética.
Los cronistas de la ciudad también necesitamos tomarnos vacaciones de vez en cuando. No tardaremos en volver a contar lo que pasa en los museos, en las editoriales, en las librerías, en los restaurantes…

