Alre­de­dor de 200 per­so­nas, entre ellas seis con­ce­ja­les del Ayun­ta­mien­to de Valèn­cia, asis­tie­ron al estreno de la pelí­cu­la docu­men­tal “Atu, el ros­tro de un pue­blo olvi­da­do”, pro­du­ci­da por Alber­to Pla para MOS­So­li­da­ria, que tuvo lugar en Ruza­fa Stu­dio.

 

La dura vida coti­dia­na de los cam­pos de refu­gia­dos de Tin­duf, en el Saha­ra Occi­den­tal, se acer­có este lunes, 15 de julio, has­ta la sala prin­ci­pal de Ruza­fa Stu­dio, en la calle Pedro III El Gran­de, 11. Alre­de­dor de 200 per­so­nas asis­tie­ron al estreno de la pelí­cu­la docu­men­tal “Atu, el ros­tro de un pue­blo olvi­da­do”, pro­du­ci­da por la Agen­cia Alber­to Pla. Pro­yec­tos de Comu­ni­ca­ción Social, para MOS­So­li­da­ria. Con este nue­vo pro­yec­to, la Agen­cia Alber­to Pla, aso­cia­da con la edi­to­rial Elca, se con­so­li­da como un refe­ren­te en la ela­bo­ra­ción de audio­vi­sua­les y la ges­tión de la comu­ni­ca­ción para ONG y aso­cia­cio­nes sobre temá­ti­cas socia­les. De este modo, este mis­mo mes via­ja­rán has­ta India para ela­bo­rar otro docu­men­tal, en este caso para Fon­ti­lles y cen­tra­do en la enfer­me­dad de la lepra y el estig­ma que com­por­ta.

Alber­to Pla, Atu, Mari Olci­na y Habib Alah

Entre el públi­co se encon­tra­ban seis con­ce­ja­les del recién cons­ti­tui­do ayun­ta­mien­to de Valèn­cia: Ser­gi Cam­pi­llo, Lui­sa Nota­rio, Isa­bel Lozano y Ale­jan­dro Ramón (Com­pro­mís), así como Mai­te Ibá­ñez (PSOE) y Javier Copo­ví (Ciu­da­da­nos). Tam­po­co qui­so per­der­se este estreno el dele­ga­do en Valèn­cia del Fren­te Poli­sa­rio, Habib Alah, quien tomó la pala­bra tras la exhi­bi­ción del film para expo­ner la situa­ción de su pue­blo, reite­rar que ellos defien­den “la vía pací­fi­ca” y pedir “solu­cio­nes e impli­ca­cio­nes polí­ti­cas” para resol­ver esta situa­ción que se pro­lon­ga ya más de 43 años.

La pre­si­den­ta de la ONG MOS­So­li­da­ria, Mari Olci­na, tam­bién fue una de las pro­ta­go­nis­tas de la noche jun­to con la pro­pia Atu, que, sen­ta­da a su lado, reía y comen­ta­ba con ella los momen­tos más emo­cio­nan­tes del docu­men­tal. Ellas cada verano se con­vier­ten en abue­la y nie­ta, pues Atu es una de esas niñas y niños que, den­tro del pro­gra­ma Vaca­cio­nes en Paz, viven dos meses al año con fami­lias de aco­gi­da en Espa­ña. El docu­men­tal diri­gi­do por Alber­to Pla refle­ja la vida de estos meno­res en su lugar de ori­gen, los cam­pos de refu­gia­dos situa­dos en el terri­to­rio arge­lino de Tin­duf, en pleno desier­to, y cer­ca de la fron­te­ra con Marrue­cos. Y tam­bién cuen­ta cómo pasan cada verano con sus fami­lias de aco­gi­da en Espa­ña.

Pero “Atu, el ros­tro de un pue­blo olvi­da­do” es mucho más. Como su nom­bre indi­ca, se sumer­ge en el día a día de un pue­blo que, a pesar de haber sido colo­nia espa­ño­la, de hablar nues­tro idio­ma y de estar a esca­sos kiló­me­tros de terri­to­rios espa­ño­les como las Islas Cana­rias, se encuen­tra cada vez más olvi­da­do. Su lucha por con­tar con un país pro­pio, con auto­no­mía y liber­tad para deci­dir su pre­sen­te y su futu­ro, se encuen­tra anu­la­da den­tro de una mara­ña de intere­ses polí­ti­cos y eco­nó­mi­cos inter­na­cio­na­les. Pero, mien­tras tan­to, y a pesar de las reso­lu­cio­nes favo­ra­bles de la ONU y del apo­yo de orga­nis­mos como la Unión Afri­ca­na, los habi­tan­tes del Saha­ra occi­den­tal siguen allí resis­tien­do, pero sin obte­ner una solu­ción.

Como narra la pro­pia Mari Olci­na en el docu­men­tal: “Los cam­pa­men­tos de refu­gia­dos en Tin­duf son total­men­te ári­dos. Están en un sitio don­de no hay nada, abso­lu­ta­men­te nada. Calor, pol­vo, sin agua, sin las como­di­da­des a las que esta­mos acos­tum­bra­dos, pero es ver­dad que el pue­blo saha­raui es fuer­te, es nóma­da. Para noso­tros es difí­cil sobre­vi­vir. Una sema­na a algu­nos se les hace lar­ga, pero ellos resis­ten”. Ella aña­de que “en prin­ci­pio se pen­só que aquí se mori­rían y aca­ba­rían en el desier­to, pero han sobre­vi­vi­do y hoy son unas 200.000 per­so­nas en cin­co cam­pa­men­tos y siguen ahí”.

Los con­ce­ja­les Ale­jan­dro Ramón, Ser­gi Cam­pi­llo, Lui­sa Nota­rio, Isa­bel Lozano (Com­pro­mís) y Javier Copo­ví (Ciu­da­da­nos)

Actual­men­te, el Saha­ra occi­den­tal es el úni­co terri­to­rio no des­co­lo­ni­za­do de Áfri­ca. De hecho, es uno de los 17 terri­to­rios no autó­no­mos bajo super­vi­sión del Comi­té Espe­cial de Des­co­lo­ni­za­ción de la Orga­ni­za­ción de las Nacio­nes Uni­das. Gran par­te de la pobla­ción saha­raui, unas 200.000 per­so­nas, sobre­vi­ve en cin­co cam­pos de refu­gia­dos des­de 1976, cuan­do su poten­cia admi­nis­tra­do­ra, Espa­ña, aban­do­nó el Saha­ra Occi­den­tal en manos de Marrue­cos.

Mari Olci­na lle­va cin­co años tra­ba­jan­do para mejo­rar la nutri­ción de la pobla­ción saha­raui y ha fun­da­do MOS­So­li­da­ria ONGD para cana­li­zar la ayu­da de mane­ra más efec­ti­va. De hecho, ella ase­ve­ra que una de sus prin­ci­pa­les moti­va­cio­nes y gra­ti­fi­ca­cio­nes es ver la res­pues­ta de sus estu­dian­tes de Nutri­ción, con quie­nes via­ja cada año a los cam­pos de refu­gia­dos. “La mayor satis­fac­ción la ten­go con los estu­dian­tes que van allí. Son jóve­nes que están en el esta­do de bien­es­tar y cuan­do van allí, como les hago pre­gun­tas la últi­ma noche tras una sema­na de con­vi­ven­cia, me res­pon­den cosas que pagan con cre­ces el esfuer­zo rea­li­za­do”, expli­ca.

Alber­to Pla, Atu y varios miem­bro del equi­po de la Agen­cia Alber­to Pla-Pro­­ye­c­­tos de Comu­ni­ca­ción Social

El docu­men­tal da voz a diver­sas per­so­nas rela­cio­na­das de un modo u otro con el pue­blo saha­raui o con res­pon­sa­bi­li­da­des polí­ti­cas como el pre­si­den­te de les Corts Valen­cia­nes, Enric More­ra o la con­ce­ja­la de Coope­ra­ción del ayun­ta­mien­to de Valèn­cia en la ante­rior legis­la­tu­ra, Neus Fábre­gas. Pero tam­bién inter­vie­ne la pro­pia Atu, así como per­so­nas de la Media Luna Roja, jóve­nes saha­rauis o algu­nos de los espa­ño­les que se con­vier­ten en fami­lias de aco­gi­da. Todo ello para ofre­cer una visión glo­bal de la situa­ción en los cam­pos y mos­trar tam­bién la labor que hacen allí las muje­res, que fue­ron las pri­me­ras que se exi­lia­ron allí y siguen con­tan­do con un peso fun­da­men­tal en la orga­ni­za­ción y la vida en los cam­pos de refu­gia­dos. Esta cin­ta sir­ve para refle­xio­nar con­jun­ta­men­te sobre esta reali­dad tan cer­ca­na, pero a la vez tan ale­ja­da de nues­tra coti­dia­nei­dad, pero ante la que no pode­mos mos­trar­nos indi­fe­ren­tes, pues como inci­de Mari Olci­na: “La cau­sa del pue­blo saha­raui es dife­ren­te a otras cau­sas. No es que las otras sean menos gra­ves, pero sí es ver­dad que esta fue una pro­vin­cia espa­ño­la. Ellos se sen­tían espa­ño­les y orgu­llo­sos de tra­ba­jar para Espa­ña, aun­que Espa­ña se lle­va­ba sus recur­sos, y ade­más los dejó sin des­co­lo­ni­zar”.

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